Dad Señor serenidad inalterable a mi mirada
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">1.Dad, Señor, serenidad inalterable a mi mirada
(Letra: José Gras Música: Anabella Taylor, Paloma Gutiérrez M.)
Dad, Señor, serenidad inalterable a mi mirada, para distinguir lo que es verdad vuestra de error mío para descubrirte a Ti en cada ser . Pido a tu Corazón que vele incesantemente por el mío, para descubrirte a Ti en cada alma para ver en sus obras tu virtud. No permitas que la tierra me cautive ni que la adulación me adormezca el amor, quiero que Tú seas mi Bien a todas horas y que reines en mi vida, Oh Señor. / (BIS)
CD: "Yo soy de Cristo" Hijas de Cristo Rey
Textos bíblicos sobre la mirada de nuestro Señor:
- 1 Samuel 16:7 "… porque Dios no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón"
- Isaías 43, 4-5 Eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. No temas, que yo estoy contigo».
- Lucas 22:54-62 La mirada de Jesús a Pedro
«¿Cómo me mira hoy Jesús?». La pregunta sugerida por el Papa Francisco llega e interpela directamente a cada cristiano con la misma fuerza de las «tres miradas que el Señor tuvo hacia Pedro». Miradas que relatan «el entusiasmo de la vocación, el arrepentimiento y la misión», explicó el Papa en la misa que celebró el 22 de mayo, en la capilla de la Casa Santa Marta.
El pasaje que relata el diálogo entre Jesús y Pedro, destacó el Pontífice, «está casi al final del Evangelio de san Juan» (21, 15-19) «Recordemos siempre —continuó— la historia de aquella noche de pesca», cuando «los discípulos no pescaron nada, nada». Y por eso «estaban un poco enfadados». Por ese motivo «cuando se acercaron a la orilla» y escucharon que un hombre les preguntaba si tenían «algo para comer», he aquí que «ellos enfadados» respondieron: «¡No!». Porque de verdad «no tenían nada». Pero ese hombre les dijo que tirasen las redes hacia la otra parte: los discípulos lo hicieron «y la red se llenó de peces».
Es «Juan, el amigo más cercano, quien reconoce al Señor». Por su parte «Pedro, el entusiasta, se lanza al mar para llegar antes que el Señor». Esto fue de verdad «una pesca milagrosa», indicó el Papa Francisco, pero «al llegar —aquí comienza el pasaje del Evangelio de hoy— encontraron que Jesús había preparado el desayuno: sobre la parrilla estaba el pescado». Y comieron juntos. Luego «tras comer, comenzó el diálogo entre Jesús y Pedro».
«Hoy en la oración —confesó el Papa— surgía en mi corazón, se me hacía presente cómo era la mirada de Jesús hacia Pedro». Y en el Evangelio, añadió, «encontré tres miradas diferentes de Jesús hacia Pedro»...
Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en lengua española, n. 22, viernes 29 de mayo de 2015
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